Nunca pude llorar cuando te fuiste,
porque las madres no mueren,no se ven
y si unimos la sangre con el agua,
la sangre es mas espesa,ya lo ves.
Te ví languidecer en despedida,
mirándote con ojos de quimera
poco a poco entrastes en mis huesos,
no te vayas Mamá, duerme en mis sueños.
Fué que entrastes en mi ser casi perplejo,
se fué la ausencia porque sentí tu aliento
en mutuo ritual te percibí en mi carne,
en tu armonía de pianista te recuerdo
Y cerrando mis ojos puedo oirte
en cada nota, sonata de tus manos
cuando de niña o momentos inefables
te sonreías con aquel dón de ángel.
Nunca pude llorar cuando te fuiste,
deje de ser Yo para albergarte
soy incapaz de lamentar en prosa
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