Hay formas en que se nacen,
de las cuales olvidamos,
como rayos sin sonido
y sin razones de olvido.
Hay rostros inolvidables,
pasiones que cicatrizan
donde goteaba la sangre,
ya no hay carne, ni cenizas.
Los montes que recorrimos
huyendo de nuestro instinto
nunca sirvieron de nada,
pues al final fue lo mismo.
Hay tiempos que recordamos
días en que revivimos,
pero ninguno repite
ni el latir ni el eufemismo.
Cómo poder saborear
el sabor de una partida,
si no hay aliento ni luz
y apagada se va la vida.
Hay formas en que se nacen
no hay nada cuando se olvida,
una flor seca en mi libro
tu imágen sin despedidas.
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