jueves, 12 de diciembre de 2013


Por Jenny de La Fuente.
ME FUI ...SIN DECIRLO TODO. Dejé un papelucho no se dónde,en un lugar..para que vieras mi consideración a la soledad.
No se si es de noche o día, me duele caminar sobre ese tipo de terreno que no es sólido ni fangoso. He  decidido hacerlo,solo que si no tuviera un dolor tan grande,fuera mucho más rápido.  
Curiosamente nadie ha medido nunca,el peso del dolor.
-¿Por qué no?
- No habría forma de expresarlo con palabras. Mira, si existen las mentiras  la hipocresía y algunos vicios donde bañaste tu carne y la mía bien pudieran inventar el dolorómetro, mediríamos nuestros límites saliendo de nuestro cuerpo  navegando con fuerza en nuestras mentes.
-¿Crees tu que yo pudiera aguantar más?. 
-Pues hay dolores de carne y hueso, pero aquellos que no se palpan, solo se sienten  difíciles de sanar, ¿hubieras metido tus dedos en mi llaga? No... te cuidas mucho...ese es tu problema. Yo sigo caminando sin importarme si me entiendes o no. Quizás para ti sea una novedad, pero así es la cosa. Aquellos que sabían algo de mi incomodidad ni siquiera pueden darme una solución  nunca fui diferente a lo que soy.
- Hay momentos en que hay que cambiarse la piel de cobra,y no para renovarse sino para confundirnos un tiempo con la tierra. Ella, tiene mi color. Allí es donde,  dicen, se duerme el sueño eterno. Hay obscuridad y es  esa que empieza y no termina.; llega inusitadamente como las tormentas que arrasan ciudades aislándote la mente.  No sientes ni padeces hasta que finalmente aprendes y memorizas todos los caminos, algunos huelen a muerte otros,a un perfume raro que me recuerda lugares y gentes, abriéndome la visión de la realidad.
-Alguno de ellos se suicidó sin pena ni gloria y nadie supo por que,Yo me lo presentí viviendo. Tras días mal vividos, ocultaba algo debajo de sus venas, parecía algo irreal...Pobre mariconazo tanta gloria y.....otro, según me dicen,  murió con el libro en las manos y las cuencas rotas de esperar,viviendo en una cueva surrealista de mil pestes..qué clase de escondite , siempre fue como dialogar con una momia ilustrada,nada mas.
-Yo no, tengo la formula final,por eso camino sin pensarlo,pero sin prisa....algo destila de mis dedos pudiera ser sangre. No tiene color definido, algo pegajoso, indeseado...¿Será la pasta de mis huesos?  No sé...lo sentí a pesar de mi bruma..ahora me doy cuenta que soy un cómplice de  todo el dolor de aquellos los que no quise salvar con esperanzas y luego  los asesine con crueldad y el peso de mi dolor.
- Nací del desencuentro?...Buena pregunta, seguramente aquí como eterno caminante llegaré al final de mi viaje.

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