
Tengo envidia de tu piel
aprisionando tu esencia,
así como de tus ojos,
archivando fantasías,gentes....días
deletreado por tus manos.
Tengo envidia de tus dedos
esculpiendo carne fresca
como un Dalí enloquecido
sellando lo que haz vivido.
Tus pupilas son puñales que sondean
mi guarida, allí donde los dos fuímos
prisioneros de la vida.
Sintiendo bien tus cabellos
quisiera adentrarme más..
poseer toda tu mente,
develando las cortinas de tu andar.
Allí donde nadie llega,
donde tu pierdes el trino
adonde se te va la mente
y donde empieza lo mío.
Rojo y negro, misterios de mi deseo
Donde nadie te ha llegado,
donde tu ser se estremece
y tu voz es un quejido.
En tu bosque tuyo y mío...
donde humedecí tu árbol
allí desde tu raíz,
en lo profundo de Tí
más allá de todo el tiempo
Rojo y Negro....volcán,
posesión enajenada
fuera de distancias,
lejos del olvido...
Tu y Yo en un remolino eterno.
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